
el ayer donde no existía en mi ser,
sin pensar --sí con la mente en blanco-- no existo, ni tampoco existe nada antes que yo piense siquiera algo, nada existe al igual como estas letras si no las hubiese procesado una neurona viciada y desentendida de mis pensamientos --no le importan-- y yo no vivo -- sí ¡yo! ese egocentrismo mío-- recuerdo la famosa frase de "pienso luego existo" de René Descartes y ahora no quiero existir y mucho menos pensar, en este lago oxidado de herrumbres circunvoluciones suicidas, en una imágen mental de lustros parietales con poemas en mi cabeza y visiones de mi destino, porque en ese reflejo lustroso de hueso blanco veo bien mi futuro ¡ahí! rendido a dios donde ya no soy mio ni de nadie más que de el origen y el fin,
en realidad solo queda mi recuerdo.
¡Memento, homo, quia pulvis est et in pulverem reverteris!
¡Recuerda, hombre, que polvo eres y en polvo te convertirás!