Experiencia del tiempo que no camina
en la luz del día con cambios repentinos
y ráfagas incansables de sulfurosas ventiscas,
con hedor impropio y sabiduría divina,
del cielo atraviesan impías
lámparas de niebla caliza
con loas de comunión de sublimes gigantes
entre la brisa de lo inalcanzable
se encuentra tu sombra sin matices,
sin calor, entre lluvia apagada por ecos callados,
repeticiones incesantes de mi ansiedad no consumida,
y aún cuando el tiempo siga sin luz
y la obscuridad ilumine siempre el camino,
siempre hay luz, siempre tengo esperanza,
no hay retirada alguna,
las trompetas bastardas acallan suenan
pero en jubilosas notas, trompetas de amor
sobre el campo inmenso es una alucinación
pero no es fugaz, afortunadamente se continúa día con día
en las acciones más diversas de la vida,
en la continuidad del alma se perpetúa con la ingenuidad
de los más altos estratos de nuestra alma, sin inteligencia
deambulando entre ese mar de puro corazón
y ansiedad perdiendo las horas sin saber llegar a un punto necesario,
a un remanso de cavilaciones como siempre sin sentido
y exhaustivas apabullantes con sensaciones vertiginosas,
formando todo un síndrome de indecibles atributos
puestos en la consciencia de estar en este mundo,
sin estar presente en él, pero sí sobre de él,
sin tiempo saber que el tiempo no existe, cuando ya es hora de levantarse,
ahora creo estar despierto y la luna todavía tiene efectos sobre mí,
aunque la dificultad no es tan vaga,
pero al final siempre estaré despierto y ¿porque?
Por ti, tan solo por ti.
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